Las nubes no son vapor de agua

Hace algún tiempo tenía un ligero debate con un amigo, pues él estaba súper seguro que las nubes son vapor de agua. Todos tenemos una idea bastante correcta de cómo se forman esos cúmulos de algodón pachoncito en el cielo desde que íbamos en kínder garden.

Unas nubes, haciéndose las gaseosas. Hahaha ¿entiendes? ¿Gaseosas? mmmm ash.

Ahora bien, una de las cosas que más me preocupa es ver como las personas le llaman a lo que les da la gana como les da la gana, sin respetar definiciones establecidas. Por ejemplo, cuando escucho a alguien decir que: “estamos hechos de energía”, cuando no tiene ni idea de lo que la energía es. O cuando alguien dice: “He muerto en el trabajo, literal”; si hubieras muerto, literalmente, no estarías ahora blasfemando al respecto. Del mismo modo, le llamamos “vapor” a esa sustancia blanquita que sale volando cuando hervimos agua, cuando hace frío y bostezamos, o en este caso, a las nubes.

Vapor de agua es explícitamente el estado gaseoso del agua (H2O) y es incoloro, inoloro e insaboro, es decir; no se puede ver, ni oler ni saborear. ¡El vapor de agua es transparente!

Pero vamos por partes:

El vapor de agua forma una pequeña parte de la atmósfera a nivel de la superficie del planeta (entre 1% y 4%). Todo el tiempo lo estamos respirando junto con el aire que entra a nuestros pulmones. En un día caluroso como cualquiera, el vapor es inhalado y exhalado sin gran diferencia de temperatura, por lo que no lo vemos salir de nuestras bocas en su forma gaseosa. Pero cuando hace frío la cosa cambia; al exhalar el aire con vapor de agua, entra en contacto rápidamente con el aire frío y se condensa, formando pequeñísimas gotitas de agua líquida, que al ser tan pequeñas parecen volar como si se tratase de un gas.

Lo mismo pasa con una olla de agua hirviendo, lo que ves volando por encima del líquido caliente, no es más que el vapor de agua que se ha condensado, al entrar en contacto con el aire más frío de los alrededores.

Lo siento. Pero eso blanco volando no es vapor.

La neblina que aparece en las montañas cuando hace mucho frío, es precisamente la condensación masiva de la humedad del lugar, en forma de una cortina de gotitas diminutas de agua líquida. Pero de nuevo, son tan pequeñas y numerosas que da la sensación de que se trata de vapor.

Decir que lo que vemos en estos fenómenos es vapor de agua, entra en la misma categoría que decir que las tolvaneras están hechas de tierra gaseosa. Cuando en realidad sabemos que son muchos granitos de tierra sólida volando a causa de corrientes de aire fuertes. Concéntrense, gente.

Esto no es un gas, ¿verdad?

Pasando a las nubes.

El agua que se encuentra en estado líquido y se acumula en la superficie del planeta en forma de océanos, lagos, ríos, charcos, tazas de café, etc. se evapora (es decir, cambia del estado líquido al gaseoso) y se eleva gracias a que el aire que lo rodea es más denso y, bueno la gravedad hace su chamba empujando el vapor hacia arriba.

Al llegar a cierta altura de la atmósfera, donde las temperaturas y las presiones son lo suficientemente bajas, este vapor vuelve a condensarse de manera menos drástica, formando esas gotitas líquidas tan pequeñas y ligeras como para flotar en el aire. Al juntarse todas esas gotitas, sí que son visibles, pues dispersan toda la luz que pasa a través de ellas. Esto se traduce en su color blanco tan característico.

Back to basics.

“Pero tío CienciaNebulosa! ¿Cómo es que las nubes parecen conejitos, o gatitos, o dinosaurios; si como dices, el vapor de agua se condensa todo a cierta altura? ¿No debería ser sólo una especie de lámina uniforme cubriendo todo el cielo?

Me alegra que preguntes.

Las gotas se juntan en esos curiosos patrones debido a un montón de razones como la temperatura del suelo, las corrientes de aire, la radiación del sol que penetra la atmósfera, etc. que hacen que el cielo sea una especie de sopa caótica de presiones y temperaturas diferentes todas revueltas. Esto quiere decir que no todo el cielo tiene presiones y temperaturas constantes. Varían de un lugar a otro, aunque sean lugares muy próximos entre sí. Las nubes se forman en esos lugares con las menores presiones y temperaturas.

Pero bueno, claro que las nubes contienen vapor de agua, como TODO el cielo. Pero justamente esa es la parte del cielo que es transparente y no se ve.

La mayor parte del agua contenida en las nubes viene del océano.

Cuando la cantidad de agua contenida en las nubes aumenta, y se dispara por las nubes (badabum tass), se vuelven tan gruesas y densas que la luz ya no puede atravesarlas de manera óptima. Esto se manifiesta en el cambio de su color a gris, o incluso casi negro.

Bajo condiciones de frío y cierta presión atmosférica, las gotas pequeñas se juntan formando gotas grandes, las cuales ya no pueden sostenerse flotando por su peso y caen en forma de lluvia. Si hace aún más frío, pueden congelarse mientras caen, formando copos de nieve o granizo.

Cabe mencionar rápidamente otro mito falso que se cree con regularidad. Las gotas no tienen la clásica forma de lágrima. Las más grandes tienen forma de un globo con agua aplastado, como una calabaza, mientras van cayendo. Las más pequeñas no llegan a deformarse mucho y son casi esféricas. Esto debido a que la velocidad a la que cae una gota de lluvia en realidad no llega a ser tan alta (desde 14 km/h las más pequeñas, hasta 38 km/h las más grandes) por el constante rozamiento con la atmósfera.